jueves, 11 de septiembre de 2008

Duratón: una de lóbulos

Tras varios días de descanso y de reorganización de fotos, aquí llega la segunda entrega de la colección segoviana. En este caso he decidido dedicar un poco de tiempo a uno de los muchos aspectos que llamaron mi atención durante el viaje: el uso del arco polilobulado.

Arco de acceso al pórtico, iglesia de la Asunción de María, Duratón (Segovia)

A menudo se ha venido relacionando este tipo de decoración, de origen primeramente oriental, con el arte hispano-musulmán y su primo pequeño, el vecino arte mudéjar. Ciertamente, los alarifes o maestros de obras de raigambre islámica siguieron empleando estas formas hasta los albores del Mundo Moderno, y nada tiene de especial que, o bien alguno de ellos formase parte de una cuadrilla de canteros románicos, o bien que alguna hábil mano de esa cuadrilla se tomase la libertad de plasmar aquello que admiraba o le apetecía. Concedámosle algo de genialidad individual al hombre medieval, pues a menudo caemos en el error de encapsularlo en un mundo tachado de conservador, de artesanos y no de artistas.

Portada meridional, iglesia de la Natividad, Sotillo (Segovia)

En cuanto al simbolismo del lóbulo como elemento decorativo, existe un interesante trabajo de María Moreno Alcalde titulado "Puertas del Cielo: el arco lobulado en el arte medieval español", disponible en Goya: Revista de Arte, nº 295-296, 2003, pp. 225-244. En dicho artículo la autora clasifica los arcos lobulados por tipologías concretas para, posteriormente, realizar un análisis simbólico mediante el cual relaciona este tipo de decoración con el concepto del "paraíso" cristiano y, aún más interesante, musulmán. ¿Se os ocurre alguna otra idea?

Portada meridional, iglesia de Sto. Domingo, Turrubuelo (Segovia)

Si bien es cierto que en numerosas provincias de nuestra geografía podemos admirar este tipo de elemento (Guadalajara, Soria, Burgos, Palencia, etc.), lo cierto es que en la zona Este de la provincia de Segovia se concentran un buen puñado de ejemplos. En concreto, la zona que nos interesa es la que se ha venido englobando bajo el área de influencia del llamado Taller de Duratón. Sin ánimo de entrar en otro tipo de detalles, sí que debemos señalar el vínculo inequívoco que existe entre el acceso meridional al pórtico de La Asunción de Duratón y los arcos de ingreso a las parroquiales de El Olmo y Sotillo.

Portada meridional, iglesia de la Virgen del Olmo, El Olmo (Segovia)

Por otro lado no debemos olvidar las bellas portadas polilobuladas situadas en las localidades de Turrubuelo y Sequera del Fresno. Es especialmente interesante este último caso debido a que su descubrimiento ha sido reciente, y aunque su deterioro es ciertamente innegable, aún podemos admirar sus bellos y enigmáticos capiteles figurados, eso sí, con cierta dificultad en el caso del de la izquierda, parcialmente tapado por un contrafuerte añadido durante la reforma que sufrió la iglesia allá por el siglo XVIII. Como sucede en los casos mencionados de El Olmo y Sotillo, la arquivolta interior se decora con dovelas que encierran florones. Por su parte, la media es de baquetón y la exterior repite una decoración muy típica en la comarca: las líneas zigzagueantes. Este aspecto nos queda pendiente para próximas entregas.

Portada septentrional , iglesia de la Asunción de María, Sequera del Fresno (Segovia)